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| Ipiales, Quito, Ambato, Machala. |
| Primera parada a desayunar en Ecuador |
Tras pasar la noche en un pequeño hotel en la entrada de Ipiales, me dispuse, aún sin desayunar, a ir directamente hacia la frontera en donde cambié algunos pesos por dólares. Los trámites fueron sencillos y rápidamente, estaba oficialmente en Ecuador. Hay que registrar la salida en las oficinas colombianas en donde sellan el pasaporte. Con la moto no hay que hacer ningún trámite de salida. En las oficinas ecuatorianas sellan el pasaporte con el ingreso y otorgan, como en el resto de países, noventa días de permiso. Esto, para la persona. Por tratarse de una moto colombiana, hay que hacer un trámite de importación temporal en la oficina de la aduana, en donde solicitan los documentos de la moto a nombre del conductor. Pueden estar a nombre de otra persona, pero se necesita un poder o algo así, lo que complica el trámite. Ahí entregan un documento que hay que presentar al momento de salir del país. Muy importarte no perderlo, porque pueden haber problemas después.
Rodé algunos kilómetros y me detuve en un pequeño restaurante al pie de la carretera. Después de pedir qué desayunar, me percato de un cerdo sacrificado, colgado al aire libre, expuesto a moscas y sin la mas mínima higiene. No tuve mas opción que esperar a que nada de lo que comí, me hiciera daño. Afortunadamente no pasó nada.
Paro en una estación de servicio, pero al ver mi procedencia, me dicen que solo me pueden cargar el tanque con un galón. Esto por el tema del contrabando, ya que en Ecuador el costo por galón es de US $1.4 dólares, unos $4.200 COP, mientras en Colombia tiene un costo de casi US $3 dólares, el mismo galón, alrededor de $8.700 COP. Esta medida la toman no se cuántos kilómetros antes de la frontera. No me queda mas alternativa. Sin embargo en una estación de servicio mas adelante hago lo mismo. Me cargan nuevamente un galón y así tengo el tanque prácticamente lleno para continuar.
Sigo mi camino con rumbo a Quito y para mi sorpresa encuentro que hay que descender a una especie de cañón, en donde hace calor y el paisaje se torna desértico, cosa que me deprime un poco, ya que no era lo que imaginaba en Ecuador.
Rodé algunos kilómetros y me detuve en un pequeño restaurante al pie de la carretera. Después de pedir qué desayunar, me percato de un cerdo sacrificado, colgado al aire libre, expuesto a moscas y sin la mas mínima higiene. No tuve mas opción que esperar a que nada de lo que comí, me hiciera daño. Afortunadamente no pasó nada.
Paro en una estación de servicio, pero al ver mi procedencia, me dicen que solo me pueden cargar el tanque con un galón. Esto por el tema del contrabando, ya que en Ecuador el costo por galón es de US $1.4 dólares, unos $4.200 COP, mientras en Colombia tiene un costo de casi US $3 dólares, el mismo galón, alrededor de $8.700 COP. Esta medida la toman no se cuántos kilómetros antes de la frontera. No me queda mas alternativa. Sin embargo en una estación de servicio mas adelante hago lo mismo. Me cargan nuevamente un galón y así tengo el tanque prácticamente lleno para continuar.
Sigo mi camino con rumbo a Quito y para mi sorpresa encuentro que hay que descender a una especie de cañón, en donde hace calor y el paisaje se torna desértico, cosa que me deprime un poco, ya que no era lo que imaginaba en Ecuador.
| El Juncal, Imbabura. |
| Cañón del río Pisque |
| Mirador del río Pisque |
Sería la primera capital y ciudad grande a la que llego. Mi intención era procurar pasar por poblados pequeños y no tener que lidiar con el tráfico y el caos de las metrópolis. Sin embargo, entré a Quito, porque por recomendación de Jorge Osorio, pensaba comprar el equipo de camping que aún no tenía, no solo, por el tema de "precio", sino también porque cerca de mi casa no encontré nada que cumpliera con los estándares, que este viaje requería. Fue así como llegué a Quito por un sector llamado "Calderón", en donde ubique un hostal por si necesitaba devolverme. Y sí que tuve que hacerlo, porque rápidamente encontré un tráfico terrible, con obras viales de por medio. Dí tantas vueltas que decidí regresarme y quedarme en el hostal que ya había ubicado. Esa noche, por primera vez, me sentí lejos de la casa, y eso que apenas estaba completando los primeros mil kilómetros. Recibí un mensaje en video de mi sobrinita Sofía, que me hizo aguar el ojo. Al día siguiente, y sin la mas mínima intención de enfrentar nuevamente el tráfico, decidí irme en bus, después de recibir algunas indicaciones del encargado del hostal, hasta el centro comercial "Condado Shoping", para comprar básicamente la carpa y la bolsa de dormir. Rápidamente, regresé al hostal por que ya casi era medio día y tenía que entregar la habitación.
Armé el equipaje en la moto y salí con rumbo a Ambato. Las carreteras en Ecuador tienen fama de ser buenas, y sí que pude dar fe de ello. Particularmente ese tramo entre Quito y Ambato, son unos ciento cincuenta kilómetros de autopista de tres y cuatro carriles. Un lujo. La motos pagan peaje, pero en realidad es muy barato, alrededor de $ 600 COP .
¿Cómo no emocionarse con el mensaje de Sofía?
| Peaje en Ecuador |
Como salí después del medio día, no quise avanzar mucho en esa jornada, así que me quedé en Ambato, en un hotel que para lo económico era bastante bueno, a las afueras de la ciudad. Ese día por fin vi el verde que quería ver en el paisaje ecuatoriano, muy similar quizás, al del altiplano cundiboyacense en Colombia. Salí a comer y entré en un restaurante de camioneros, en el menú me ofrecieron "guatita", que resultó ser, lo que en Colombia conocemos
| Por fin paisaje verde, de nuevo. |
como "mondongo", es decir los pre-estómagos de la res, que por supuesto probé.
Al día siguiente, me esperaba una larga jornada, porque la misión era llegar a Machala. Unos trescientos sesenta kilómetros, que contemplaban subir a un gélido páramo, para luego descender hasta el nivel del mar. Iba a terminar pasteurizado ese día.
| Descendiendo a Machala |
Estaba relativamente cerca de Machala, cuando me adelantó una V-strom 650 blanca, con placa colombiana y con el top case (maletero) destruido, sujetado de cualquier manera. Hasta la ropa se veía. Su conductor me saludó y siguió de largo. Mas adelante lo alcancé, porque se detuvo en un puesto de frutas al pie de la carretera. Lo abordé, lo saludé y conversamos unos instantes. Resultó que venía lastimado, porque se accidentó bajando de Riobamba, justo por donde había pasado mas temprano. Y para colmo de males en el sitio, al parecer le robaron cosas, y como si fuera poco, mas adelante, policías le pidieron coima (soborno), para evitar multarlo por llevar rotas las direccionales. Ese, no era el día de Danilo. Venía viajando desde Tuluá hasta Santiago de Chile, y según él, ese día quería llegar hasta Máncora, en Perú. No le dije nada, pero lo vi poco probable ya que estaba por anochecer y había que hacer los trámites en la frontera. Nos despedimos y cada uno siguió su rumbo.
| En el puerto de Machala |
Era 24 de diciembre y no tenía ningún contacto en Machala. Fui hasta el puerto y cerca de allí encontré un hostal. Nada del otro mundo. No sé si sería el lugar o el puerto, pero todo olía como a perro mojado. Yo era una fábrica de producir sudor, sin embargo ese día estaba mentalmente fuerte. No me hice ningún drama con el hecho de estar un 24 de diciembre solo y lejos de la casa. Me tomé una cerveza y a dormir.
Este paso por Ecuador fue fugaz, ya que uno de mis propósitos era estar en el Rally Dakar, en Bolivia, así que tenía que tratar de avanzar lo que mas pudiera, y dedicarle mas tiempo al regreso.
25 de diciembre...Perú me espera.

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